Enciclopedia Bíblica Home |
Vea esta página en: inglés (English) La Resurrección de Cristo…uno de los hechos cardinales y doctrina fundamental del evangelio uno de los hechos cardinales y doctrina fundamental del evangelio (1 Corintios 15:14). La totalidad de la revelación neotestamentaria se basa en este hecho histórico. El día de Pentecostés Pedro defendió la necesidad de la resurección de Cristo a partir de la predicción del Salmo 16 (Hechos 2:24-28). También, nuestro Señor, en su própios discursos, da a entender su resurección (Mateo 20:19; Marcos 9:9; 14:28; Lucas 18:33; Juan 2:19-22). Los evangelistas presentan relatos circunstanciales de los hechos asociados con este suceso, y los apóstoles, también, en su enseñanza pública insistieron ampliamente sobre ello. En el Nuevo Testamento se registran diez apariciones distintas de nuestro Señor resucitado. Éstas pueden presentarse así: A María en el sepulcro sola. Ésta se recoge con detalle en Juan (20:11-18), y se alude en Marcos (16:9-11). (2.) A ciertas mujeres, "la otra María," Salomé, Juana, y otras, al regresar del sepulcro. Tan solo Mateo (28:1-10) da cuenta de ésto. (Compárese Marcos 16:1-8, y Lucas 24:1-11.) (3.) Simon Pedro sólo el día de la resurección. (Véase Lucas 24:34; 1 Corintios 15:5.) (4.) A los dos discípulos en el camino de Emaús en el día de la resurección, narrado completamente tan solo por Lucas (24:13-35. Compárese Marcos 16:12, 13). (5.) A los diez discípulos (estando Tomás ausente) y a otros "con ellos," en Jerusalén la noche del día de resurección. Uno de los evangelistas da cuenta de esta aparición, Juan (20:19-24). (6.) A los discípulos nuevamente (estando Thomas presente) en Jerusalén (Marcos 16:14-18; Lucas 24:33-40; Juan 20:26-28. Véase también 1 Corintios. 15:5). (7.) A los discípulos cuando pescaban en el Mar de Galilea. De esta aparición también únicamente Juan (21:1-23) presenta un relato (8.) A los once, y más de 500 hermanos a la vez, en un lugar señalado en Galilea (1 Corintios 15:6; Compárese Mateo 28:16-20). (9.) A Santiago, de cuyas circunstancias no se nos informa (1 Corintios 15:7). (10.) A los apóstoles inmediatamente antes de la ascensión. Ellos le acompañaron desde Jerusalén al Monte Olivete, y allí le vieron ascender "hasta que una nube le llevó fuera de su vista" (Marcos 16:19; Lucas 24:50-52; Hechos 1:4-10). Es digno de mención que se narra con claridad que en la mayoría de estas ocasiones nuestro Señor proporcionó a sus discípulos las más ámplias oportunidades de comprobar la realidad de su resurección. Conversó con ellos cara a cara. Le tocaron (Mateo 28:9; Lucas 24:39; Juan 20:27), y Él comió pan con ellos (Lucas 24:42, 43; Juan 21:12, 13). (11.) Además de las anteriores, puede citarse la manifestación de Cristo a Pablo en Damasco, quien habla de ello como una aparición del Salvador resucitado (Hechos 9:3-9, 17; 1 Corintios 15:8; 9:1). Las palabras de Lucas (Hechos 1:3) implican que pueden haber habido otras apariciones de las cuales no tenemos registro. Se habla de la resurección como de uno acto (1) de Dios Padre (Salmo 16:10; Hechos 2:24; 3:15; Romanos 8:11; Efesios. 1:20; Colosenses 2:12; Hebreos 13:20); (2) de Cristo mismo (Juan 2:19; 10:18); y (3) del Espíritu Santo (1 Pedro 3:18). La resurección es un testimonio público de la liberación de Cristo de su obra como garantía, y evidencia de la aceptación por parte del Padre de su obra de redención. Es una victoria sobre la muerte y la tumba para todos sus seguidores. La importancia de la resurección de Cristo se verá cuando consideremos que si Él resucitó entonces el evangelio es verdadero, y si no resucitó entonces es falso. Su resurección de los muertos pone de manifiesto que su sacrificio fue aceptado. Su obediencia hasta la muerte aseguró nuestra justificación, y por lo tanto fue levantado de los muertos (Romanos 4:25). Su resurección es prueba de que Él hizo expiación completa por nuestros pecados, que su sacrificio fue aceptado como cumplimiento de la justicia divina, y su sangre como recompensa por los pecadores. Es también una rotunda garantía de la resurección de todos los creyentes (Romanos 8:11; 1 Corintios 6:14; 15:47-49; Filipenses 3:21; 1 Juan 3:2). Como Él vive, ellos también vivirán. Probó que Él es el Hijo de Dios, puesto que autentificó todas sus afirmaciones (Juan 2:19; 10:17). "Si Cristo no resucitó, todo el plan de la redención ha fracasado, y todas las predicciones y anticipaciones de sus gloriosas consecuencias para el tiempo y para la eternidad, para los hombres y para los ángeles de todo orden y nivel, han resultado ser quiméricas. "Pero ahora Cristo ha resucitado de los muertos y ha llegando a ser el primer-fruto de aquellos que durmieron." Por lo tanto La Biblia es verdadera desde Génesis hasta Apocalipsis. El reino de las tinieblas ha sido derrotado, Satanás ha caído como un relámpago desde el cielo, y el triunfo de la verdad sobre el error, del bien sobre el mal, de la felicidad sobre la miseria está garantizado por siempre." Hodge. Refiriéndose al informe que los soldados Romanos debía hacer circular bajo soborno (Mateo 28:12-14) respecto a la resurección de Cristo, que "sus discípulos vinieron durante la noche y lo robaron mientras nosotros dormíamos," Matthew Henry en su "Comentario," de Juan 20:1-10, subraya acertadamente, "Las vestiduras funerarias en las que Cristo había sido sepultado fueron halladas en perfecto orden, lo cual evidencia que su cuerpo no fue "robado mientras los hombres dormían." Los ladrones de tumbas son conocidos por llevarse "las vestimentas" y dejar el cuerpo; pero ninguno jamás se llevó "el cuerpo" y dejó las vestimentas, especialmente cuando éstas eran "lienzos refinados" y nuevos (Marcos 15:46). Cualquiera habría escogido llevarse un cuerpo muerto vestido antes que desnudo. O bien si aquellos que se supone que lo robaron hubieran dejado atrás las vestidura funerarias, no puede pensarse que se hubieran entretenido en "plegar los lienzos." Traducido por Ramon.Gomez@ChristianTranslations.Com |