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Los Diez Mandamientos Pero poco después de su rescate de Egipto, los Israelitas se quejarón a Moisés, diciendo, "Tu nos sacáste al desierto a morir. Nosotros no tenemos agua y no tenemos comida." Mostrando gran misericordia, el Señor respondió a su duda trayéndoles agua. Y Él también dijo, "Veán, yo hare llover pan del cielo; y ustedes saldrán todas las mañanas y lo recogerán." Él lo hizo, y al alimento lo llamaron "maná." Pronto esta nación acampó alrededor de una montaña en el desierto de Sinai. Hubó truenos y relámpagos, en la montaña, y desde una nube espesa, salió el sonido de una trompeta sopló tan fuertemente que todas las personas temblaron. Entonces El Señor, cubierto en fuego, descendió en la montaña, y la montaña entera se estremeció. El Señor llamó a Moisés a la cima de un montaña y le dio los Diez Mandamientos.
Y El Señor llamó a Moisés a la cima de la montaña y hablo estas palabras a él: "Yo soy el Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud." Y cuando el Señor habló, el escribió estos diez mandamientos en tablas de piedra.
El Señor dio Su norma perfecta de santidad a través de estas leyes, pero Él también mostró a Moisés lo qué la gente debe hacer cuando quebranten esas leyes. El Señor dijo, "Tu debes construir un altar de tierra y dedicarlo a mí. Tu harás los sacrificios en él y Yo lo bendeciré. El testamento de la sangre cubrira tu pecado y Yo to perdonaré."
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