Un día Moisés estaba caminando con sus ovejas cuando vio una zarza ardiendo. Rápidamente se dio cuenta de que había algo muy extraño con esas llamas. La zarza no se estaba quemando. El fue a mirar más de cerca. Fue ahí cuando sucedió!.
Una voz sorprendente le habló desde la brillante luz, “Soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham…” Moisés cayo en tierra rápidamente, con temor en su rostro!